lunes, 17 de agosto de 2009

Escalofríos

Era una tarde fría de mayo. Mientras miraba por la ventana de mi comedor, absorto en mis pensamientos, sentí un escalofrío que recorió todo mi cuerpo, que nada tenía que ver con el clima. Por unos segundos mi mente se congeló, totalmente sorprendida por esa reacción que no había ordenado. Tardé unos segundos en recomponerme.
Intentaba volver a mis pensamientos, cuando un nuevo escalofrío me invadió. Esta vez sentí un cosquilleo en el estomago. Estaba totalmente desconcentrado por estas reacciones. Entonces intenté indagar cuál podía ser la causa que provocara aquellas sensaciones.
El tercer sacudón de escalofrío hizo que el cosquilleo del estomago se propagara lentamente por todas mis extremidades. Sin embargo, aunque en un momento pensé que podía tratarse del miedo, pronto descubrí que eso que sentía era emoción, alegría, y entonces me tranquilicé.
Una sutil sonrisa se fue dibujando en mi rostro. Estaba tratando de averiguar los motivos de mi repentina alegría, cuando un mensaje de texto apareció en mi celular: "hola corazón, aprobe. Vos como estas?"
La sutil sonrisa se transformo en una mueca de alegría. Y entonces comprendí porque mi ser estaba tan contento. Ella había pensado en mí y me llamaba corazón por primera vez.

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