viernes, 18 de marzo de 2011

Pequeñas ganancias

Dice Manolito "Si no sabés apreciar las pequeñas ganancias de las grandes pérdidas, vas a sufrir mucho en esta vida".
¡Que gran verdad!. Definitivamente, hay que vivir la vida, disfrutarla, ser conscientes de que estamos en esta vida de paso. Que estamos en un mundo creado por Dios, y que por lo tanto, es un mundo lleno de belleza. La belleza que podemos apreciar, es un reflejo de la belleza de Dios. Y ser conscientes de que siempre, todo lo bueno que podamos gozar en esta vida, no tiene parangón respecto a lo que nos espera en la otra vida.
Nuestro caminar por este mundo, está lleno de dificultaes, de momentos tristes y dolorosos. El mismo Cristo los padeció. Pero aún en su momento más difícil, no se entregó a la desesperanza. Tampoco podemos hacerlo nosotros. Es imprescindible, siempre, tener en cuenta que todo, absolutamente todo lo que nos pasa, está permitido por Dios. Y que si nos ocurre, es porque sólo él puede sacar luz de la oscuridad. Y es esa la actitud con la que debemos encarar nuestro paso por la vida. Sabiendo que todo lo que nos puede ocurrir, por más doloroso y triste, por más negras perspectivas que nos depare, todo siempre trae algo bueno, algo que nos sea de provecho. Algo celestial. Ante el pecado, está el maravilloso arrepentimiento y el más maravilloso aún sacramento de la reconciliación.
Por eso, simplemente quería darles este mensaje positivo. Siempre que llovió, paró. A la noche más larga y oscura, le siguió el amanecer. Siempre, en todo hecho o situación de nuestra vida, hay algo de lo que aprender, algo de lo que maravillarse. Todo cambio trae siempre algo. Y es necesario buscar la mano de Dios, su soplo divino, para poder comprenderlo y aceptarlo. Dicen los viejos que no hay mal que dure cien años. Y es cierto. Aún en las situaciones más difíciles, es importante encontrar esos pequeños milagros cotidianos, que nos irán devolviendo la esperanza.
A veces, cometemos el error de esperar una buena noticia de la misma magnitud que la mala noticia que nos ha afligido. Ante una pérdida dolorsa, esperamos como por arte de magia, la aparición de algo magnífico que nos devuelva la felicidad. Y ahí está el error. En esa espera de algo grande. Porque Dios se nos manifiesta a través de pequeños milagros, para que lo reconozcamos y nos demos cuenta de que Él siempre está ahí. A veces pedimos el árbol, y Dios nos entrega la semilla. Y como no recibimos el árbol, nos enojamos y desfallecemos; nos sumimos en la desesperanza y en la negación. Todo nos parece mal y no creemos en que pueda mejorar.
Por eso, mis queridos, es importante que sepamos apreciar esos pequeños milagros que día a día, Dios nos pone en nuestro camino para manifestar su presencia. Todos los días, se realiza el milagro más grande del que el mundo entero puede ser testigo, y no sabemos apreciarlo. Todos los días, Dios se manifiesta ante nosotros.
Sepamos encontrarlo, aún en esos momentos difíciles y dolorosos. Pues, como buen Padre, nunca nos abandona, sino que es en esas situaciones cuando más se hace presente, cuando más está esperando a que lo encontremos. No esperemos un milagro de una aparición divina y espontánea en esos momentos. Dios está en el altar, en un milagro cotidiano, esperándonos.
El canto de un pájaro, el color de una flor, el brillo del sol, la armonía de una melodía, las palabras de una poesía, los trazos de un cuadro, la sonrisa de un ser querido, son pequeños lugares, pequeños milagros diarios, para encontrar esa pequeña ganancia ante las grandes pérdidas. Pues, serán esas pequeñas ganancias, las que al final, terminen por hacernos ricos.

2 comentarios:

  1. Buenísimo! Hay q tener cierta paz interior para escribir así. Hay que estar bien con uno mismo para poder ver las cosas así de claras. Y comparto que en la sencillez cotidiana está lo verdadero, y no en las cosas grandes y magnánimas que esperamos siempre. Hay veces que el arbol tapa el bosque, ciertamente...

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  2. Gracias. Más que cierta paz interna, hay que poder ver más allá. Otra frase que es muy importante y que siempre me gustó, es que "sólo se ve con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos".
    Yo todavía no he sufrido una pérdida grande, un golpe doloroso por parte de la vida. Pero espero estar preparado y a la altura de las circunstancias para poder sobrellevarlo. Y por eso quiero compartir este mensaje, que tal vez pueda ayudar a aquellos que ahora están sufriendo.

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