martes, 17 de julio de 2018

Nadar en otras aguas.

Muchas cosas pasaron en este tiempo, desde que abrí el blog y los casi 6 años que estuve sin publicar. 
Me recibí de abogado. Empecé a trabajar como docente universitario. Inicié y termine un posgrado en derecho de daños. Fui asesor en la Cámara de Diputados de la Nación. Puse mi propio estudio jurídico. Ganamos las elecciones en la Provincia. Empecé a trabajar en la Fiscalía de Estado. Fui Consejero Titular del Colegio de Abogados de Jujuy. Fui nombrado en el Tribunal Evaluador de Jueces de la Provincia. 
Empecé a jugar handball de nuevo. Dejé. Volví a jugar. Volví a dejar. Fui Secretario de la Federación de Handball, ahora soy delegado de mi club. Tuve una pelea con la Federación de Handball. Fui vocal de la Sociedad Española, ahora soy prosecretario.
Empecé a jugar fútbol. Dejé. Volví a jugar fútbol. Volví a dejar. Abrí una cuenta de Facebook. La cerré. Otra de Twitter e Instagram que mantengo abiertas.
Fui twittstar durante una semana.
Me fui a vivir sólo.
En esos pocos párrafos pueden resumirse mis últimos años.
Como me decía un amigo hoy día, mi vida gira en torno a dos ejes concéntricos: la política y la abogacía. Son pocas las cosas que hago, que no se relacionan con esas actividades. Lo que hace que cuando me salgo de esa zona de confort, me sienta incómodo. Y habiendo pasado los 30, creo que tengo que salir de allí. Ir a nadar en otras aguas, conocer otras personas, otras realidades. Y me cuesta, porque soy una persona bien cómoda.

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