lunes, 19 de enero de 2009

Atados a la naturaleza.

Estamos atados a nuestra naturaleza. Hay cosas de las cuales somos incapaces de escapar. Sentimientos que no podemos reprimir.
Un lágrima, una sonrisa, un momento de cólera, un dolor en el interior. Y lo que nos hace diferentes de los animales, es sentir todo eso por algo exterior a nosotros, por algo que no sentimos en el orden de lo sensible, sino que lo percibimos con el alma.
El hombre, es más humano si deja fluir esos sentimientos con naturalidad. Y es más perfecto si sabe dominar lo que provocan esos sentimientos, si no se deja arrastrar hacia la desesperación o la ilusión que provocan esos sentimientos.
Aprender de esos sentimientos nos hace más fuertes.
Hoy vi el dolor de un amigo enterrando a su padre. Hoy compartimos su dolor, y nos dimos cuenta de que hay cosas a las que no se puede escapar. Las garras del destino de nuestra naturaleza son muy fuertes. Casi nunca fallan. El dolor de él el día de hoy, tiene que ser su fortaleza mañana. Para eso tenemos que acompañarlo, porque el hombre necesita de sus semejantes para poder sobrellevar los momentos difíciles.
Las lágrimas de mi amigo frente al féretro de su padre, fueron la expresión más humana que vi en los últimos tiempos.

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