viernes, 30 de enero de 2009

La locura

La locura, inmenso mar de ideas desesperadas, de visiones fantásticas, de cosas grandes. Sumergirse en sus aguas revoltosas no basta; hay que ahogarse en ellas, dejarse arrastrar por la corriente hasta lo más profundo y empaparse de nuevas realidades. Debemos hacernos uno con el mar, dejar que todo nuestro ser se llene de esas ideas. Debemos alejarnos de las costas y disfrutar de la inmensidad del océano de las grandes aventuras.
Ah, la locura. Para no morir en ese mar, debemos regresar hasta la orilla, y convencer a todos de bañarse en sus aguas, de dejarse arrastrar por la corriente. Debemos mostrarles realidades más grandes y hermosas que las que se encuentran en la orilla. Sólo así, dejaremos de ser locos, para pasar a ser grandes y geniales, bellos y magníficos, como el mar en el que nos hemos sumergido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario